"El Gobierno de España anuncia que reconoce oficialmente al presidente de la Asamblea de Venezuela, al señor Guaidó Márquez como presidente encargado de Venezuela", dijo en una comparecencia en La Moncloa.
Subrayó que "el horizonte es el de convocar unas elecciones libres, democráticas y con garantías en el menor plazo posible".
En distintas ocasiones, el jefe del Gobierno español recordó que el reconocimiento a Guaidó tiene como principal horizonte la convocatoria por su parte de unos comicios presidenciales en los que no se excluya a ninguna opción política.
"No vamos a dar un paso atrás en este empeño", insistió.
También: Las dudosas credenciales de los Gobiernos latinoamericanos que apoyan a Guaidó
"Democracia plena significa primacía de los derechos humanos, significa pluralismo político y significa que no haya presos políticos en Venezuela", señaló.
En ese marco, Madrid contactará en las próximas horas con instituciones y gobiernos de Europa y América Latina para "sumar esfuerzos a la causa democrática en Venezuela".
"Los vínculos entre España y América Latina son muy profundos, nada de lo que ocurre allí nos es ajeno", indicó.
Sánchez también aprovechó la ocasión para anunciar la activación de "un plan de ayuda humanitaria para paliar la grave situación que vive Venezuela" y recordó que la situación de la colonia y las empresas españolas radicadas en el país seguirán siendo unas de las prioridades de la acción exterior promovida por Madrid.
"Agradecemos al presidente Pedro Sánchez y a todo el Gobierno español por su reconocimiento y su apoyo a nuestra ruta de lucha por la democracia", tuiteó.
La crisis venezolana se agravó el 23 de enero, después de que el presidente de la Asamblea Nacional (Parlamento unicameral, de mayoría opositora), Juan Guaidó, se autoproclamara presidente interino del país.
El jefe del Estado venezolano, Nicolás Maduro, quien asumió el segundo mandato el 10 de enero, calificó la declaración de Guaidó como un intento de golpe de Estado y responsabilizó a EEUU de haberlo orquestado.
Además: La UE y Venezuela: ¿tiene límites el "seguidismo de los norteamericanos"?