El Consejo de Seguridad se reunió en Nueva York este 27 de enero a solicitud de EEUU, para abordar la situación de Venezuela. En esta ocasión, el secretario de Estado, Mike Pompeo, quiso polarizar en blanco y negro la compleja coyuntura del país caribeño, particularmente tras la autoproclamación del opositor Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional, como mandatario interino.
La reunión, que pretendía plantear la cuestión venezolana como un asunto de seguridad mundial, terminó sin un acuerdo entre las potencias. Sin embargo, puso en evidencia el mapa geopolítico internacional en torno a la situación del país petrolero. A juicio de Rodríguez Ossés, el encuentro no fue más que una plataforma para "una nueva competencia".
"Venezuela es algo que nos toca de cerca como latinoamericanos. Esta situación dispara la discusión sobre las lecturas que tenemos en distintos países sobre el Derecho Internacional, como la Doctrina Estrada de México, u otras más antiguas, como las intervenciones humanitarias. Pero en definitiva, lo que está en juego es el rol de las principales potencias", consideró el experto.
El analista sugirió que tiene que existir un análisis de los acontecimientos sin un carácter normativo: "Me refiero a que EEUU, Rusia y China están jugando un juego que les corresponde y que a veces no podemos perdernos en atribuciones morales sobre buenos y malos porque sino son ellos son otros", expuso.
Sin embargo, a juicio del analista el gran inconveniente que tiene Venezuela en estos momentos es "la incertidumbre". De hecho, mientras Maduro continúe con el apoyo de las Fuerzas Armadas "es muy difícil ver un escenario para la oposición", aseguró.
Las últimas medidas de Estados Unidos de entregar el poder de las cuentas venezolanas a Guaidó fueron un ajuste de tuercas en plena carrera. Pero según el analista, sólo se trata de "una herramienta más" en la presión internacional sobre el país caribeño.
"El único actor que tiene que 'comprar' Guaidó son las Fuerzas Armadas, que son quienes pueden voltear el escenario hacia el otro lado. Hoy la oposición no tiene una plataforma en la que utilizar ese dinero sin desviarse del objetivo original, que es reemplazar al Gobierno de Maduro", afirmó el analista.
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Además, señaló cómo el Gobierno venezolano puede compensar la situación con la asistencia económica de Rusia y China. No obstante, "esto al final va a terminar debilitando a Venezuela para uno u otro lado", concluyó el experto.