El plástico que llega a los océanos está afectando negativamente el ecosistema de más de 660 especies marinas a un ritmo de ocho millones de toneladas de desecho al año.
"Si no frenamos la cantidad de basura y de plásticos que desembocan en el océano, terminaremos teniendo más basura que peces", advierte Kollar.
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Según una investigación del International Coastal Cleanup Trash Free Seas Program de 2015, la región de Asia Pacífico es clave para salvar los océanos. Todo dependerá de la capacidad de los países de la región de gestionar correctamente sus desechos.
Si se hacen bien las cosas, para 2025 se podría reducir a la mitad el plástico que acaba en el agua.
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Además, el plástico alcanza los océanos y, convertido en 'microplástico', es ingerido por la fauna marina. Una vez en el aparato digestivo, los tejidos del organismo absorben las sustancias químicas de estos plásticos y, finalmente, terminan en la mesa.
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El 8 de septiembre de 2018, un enorme tubo de 600 metros de longitud salió flotando del puerto de San Francisco, en California (EEUU), y se abrió paso hacia el océano para limpiar la gran mancha de basura del Pacífico: un enorme continente formado por desechos de plástico —restos de bolsas, de botellas y de todo lo que se lanza al mar— situado entre Hawái y California. El Ocean Cleanup logró recolectar más de dos toneladas de basura en menos de un mes. Se espera que, con el tiempo, docenas de estos dispositivos floten en el Pacífico.
