Hay otros objetos que no cuentan con posibilidad de configuración, tal como explica José Luis López, vocero de la empresa de seguridad informática ESET.
"Hay algunas cosas que evidentemente tiene algún tipo de conexión, por tanto hay que programarlas y ahí vienen las recomendaciones clásicas: contraseñas seguras, cambiarlas regularmente. Pero hay otras cosas que no son tan evidentes y eso ya depende de los fabricantes", explica.
Un ejemplo son los juguetes que interactúan con el usuario. La información va a la 'nube' y si los fabricantes no prevén la seguridad, "esa información almacenada en internet puede ser robada por un ciberdelincuente y usada para vender los datos o usarlos para campañas de phishing".
El especialista recomienda "no caer en la paranoia" pero sí conocer los detalles del producto y buscar información.
"Cuando adquirimos algo que tiene conectividad hay que leer bien las instrucciones, si realmente se conecta y para qué. Y averiguar si esa cafetera marca 'x' tiene algún aviso de vulnerabilidad o si aparece involucrada en un ataque".