Se llama Paolo Venturini y consiguió recorrer esa distancia en la peor temporada para hacerlo: en pleno invierno ruso. Lo hizo en la república de Sajá, en el extremo este de Rusia.
Partió desde el pueblo de Tomtor hasta el de Oimiakón, la localidad más fría de todo el país. Tardó tres horas y 54 minutos. Lo acompañó un médico, un intérprete, dos cámaras y su esposa, eso sí, en auto. Venturini ha dicho a la prensa que se estuvo preparando todo un año para este momento. También ha añadido que los yakutios, los habitantes de la región de Sajá, están bien entrenados y acostumbrados a este tipo de clima, pero que para quienes no lo están, esas temperaturas pueden ser peligrosas.