Pasaron prácticamente 55 años desde que China probó por primera vez su bomba nuclear, pero su arsenal sigue siendo significativamente reducido en comparación con potencias tales como EEUU, por ejemplo.
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Según explicó a Sputnik el analista militar Víktor Murajovski, la relativamente pequeña cantidad de ojivas nucleares a disposición del gigante asiático tiene que ver con su estrategia en este ámbito.
"Ellos consideran que estas ojivas nucleares serán suficientes para infligir un daño inadmisible a sus potenciales enemigos geopolíticos", dijo.
En cuanto al nuevo proyectil balístico de emplazamiento submarino JL-3, el experto destacó que, en realidad, se trata del primer misil de esta clase fabricado por China. Esto se debe al hecho de que su predecesor, el JL-2, no tiene un diseño óptimo y es de alcance medio.
El desarrollo de estos misiles y de nuevos submarinos para portarlos sí tiene una importancia estratégica. Según el experto, hasta ahora China solo tenía misiles intercontinentales de emplazamiento terrestre, pero los submarinos atesoran una considerable ventaja.
"Los sumergibles son inmunes a los ataques preventivos, tanto nucleares como convencionales. Así, mientras están patrullando la probabilidad de encontrarlos es muy baja", dijo Murajovski.
Los submarinos armados con los misiles JL-3 son una cierta garantía a la hora de poder responder en caso de que un posible agresor perpetre un ataque. Murajovski destacó que solo ahora los chinos alcanzaron el nivel tecnológico para crear una flota submarina estratégica, algo que Rusia y EEUU hicieron hace décadas.
Murajovski considera, no obstante, que a pesar de ser unas máquinas con notables capacidades, los cazas chinos de quinta generación no se encuadran en cuestiones estratégicas, puesto que pertenecen a la aviación operativa-táctica y no son portadores de armas nucleares.
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