EEUU intervino en el conflicto de Siria en septiembre de 2014 al frente de una coalición internacional que inició bombardeos contra posiciones de grupos terroristas sin la autorización de Damasco.
El 19 de diciembre pasado, el presidente Donald Trump afirmó que, tras la derrota del grupo terrorista ISIS (autoproclamado Estado Islámico, proscrito en Rusia y otros países) no hay razones para mantener a los militares estadounidenses en Siria.
Más tarde, la Casa Blanca confirmó la retirada de sus fuerzas, aunque precisó que ello no significa el fin de la coalición antiterrorista internacional.
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