"Yo estoy sufriendo racismo y discriminación por mi condición de mujer aymara y quiero ser muy clara porque es un racismo simbólico estructural que yo estoy viviendo durante estos últimos tiempos", dijo Choque, presidenta del Tribunal Supremo Electoral (TSE), en diálogo con la radio privada Éxito.
La máxima autoridad electoral boliviana salió así al cruce de una ola de críticas, inclusive pedidos de renuncia de los miembros del TSE, por el reciente cambio de al menos una decena de técnicos informáticos de ese organismo cuando falta poco más de dos semanas de las primarias partidarias.
En esos comicios que el TSE organiza para el domingo 27 de enero, ocho partidos y frentes confirmarán a sus candidatos para las elecciones generales de octubre en las que el presidente Evo Morales buscará un cuarto mandato consecutivo.

Por el contrario, aseguró, se trata de un proceso que no plantea "ningún riesgo de fraude" porque en las primarias votarán solo los militantes registrados por los partidos.
Choque evitó confirmar si denunciará judicialmente la discriminación de la que se declaró víctima.
La lucha contra toda forma de discriminación es una de las banderas del Gobierno de Morales, que en una gestión pasada inclusive emitió una ley contra ese delito.
Poco antes de la declaración de Choque, Carlos Mesa expresidente neoliberal (2003-2005) y ahora candidato opositor pidió mediante carta una audiencia a la sala plena del TSE para recibir explicaciones sobre lo que definió como "peligroso camino de desinstitucionalización del órgano electoral".
Mesa mostró preocupación especialmente porque algunos funcionarios relevados eran parte del equipo que maneja el padrón de electoral, "que es el fundamento sobre el que se basa la credibilidad del proceso de elecciones presidenciales de 2019".
En línea con la presidenta del TSE, la titular oficialista de la Cámara de Diputados, Gabriela Montaño, respondió a los opositores que tanto la imparcialidad del órgano electoral como la validez de las primarias estaban garantizadas.
"Como MAS creemos en (…) un órgano electoral que lleva las elecciones generales y primarias con transparencia", dijo Montaño, advirtiendo que las críticas opositoras al cambio de algunos funcionarios electorales tenían la "intencionalidad de sembrar dudas sobre el proceso electoral".
En las primarias del 27 de enero podrá participar aproximadamente un millón y medio de militantes de partidos políticos, pero se prevé una asistencia mucho menor porque el voto no será obligatorio como en las generales.