"El cierre del Gobierno en sí es un fenómeno que había tenido lugar antes, pero el hecho de que sea tan prolongado y que esté acompañado por una inestabilidad general política y social en el país —[el presidente de EEUU, Donald] Trump amenazó incluso con declarar el estado de emergencia—, lo cual añade negatividad a la situación", comentó el director general del Consejo de Asuntos Internacionales, Andréi Kortunov.
Desde el pasado 22 de diciembre, una serie de ministerios y entidades de EEUU, incluyendo al Departamento de Estado, la Secretaría de Justicia y otros, trabajan en régimen limitado debido a las contradicciones entre el presidente Trump y el Partido Demócrata en torno al financiamiento del muro en la frontera sur.
Kortunov indicó que cada día que se extienda esta situación "implica determinados costos para la gestión del país, para el cumplimiento de las funciones estatales que son imprescindibles".
"Y aunque desde el punto de vista técnico las labores continúan, se puede decir que el país vive en una especie de sistema de abastecimiento vital, es una situación irregular que comienza a afectar gravemente la efectividad del control estatal", explicó.
Sin embargo, para el analista, "no se puede decir que se esté dando una especie de crisis profunda, ya que existen mecanismos aseguradores creados justo para situaciones como esta".
"Todo será compensado en algún momento a todos, pero como este mecanismo estatal debe trabajar ininterrumpidamente, surge la pregunta hasta cuándo puede mantenerse esta situación; pienso que Trump espera que los demócratas sean los primeros en ceder", afirmó.
Poliakov estimó que "se está acumulando, claro está, una cantidad bastante grande de 'material explosivo' y la balanza puede inclinarse a cualquier lado".
"Pienso que la actual situación se profundizará, pero volviendo al tema, todo dependerá de quién sea el primero en pestañear", alegó.