"Le dijimos al presidente que necesitábamos al Gobierno abierto. Él insistió. De hecho, dijo que mantendrá el Gobierno cerrado por un largo periodo de tiempo: meses o incluso años", señaló.
Líderes demócratas se reunieron el 4 de enero con el mandatario para discutir un acuerdo destinado a reabrir el Gobierno.
Además, en medio de las conversaciones con los demócratas, Trump dijo que designó un equipo para reunirse el fin de semana a discutir el tema de la frontera.
"Tuvimos una charla productiva con la presidenta [de la Cámara de Representantes, Nancy] Pelosi y el senador [Chuck] Schumer", dijo el mandatario a la prensa, y añadió: "Designé un grupo, y nos vamos a reunir durante el fin de semana para decidir qué vamos a hacer respecto a la frontera".
El mandatario agregó que "lo que necesita es [declarar] una emergencia nacional. No lo he hecho. Puedo hacerlo".
En EEUU, un presidente puede utilizar extensos poderes de emergencia nacional, pero ese principio ha sido usado por mandatarios como Abraham Lincoln y Franklin Roosevelt durante épocas de guerra, cuando lograr la aprobación del Congreso para obtener los fondos necesarios rara vez representaba un obstáculo.
En un proyecto de resolución presentado ante el Congreso legislativo, que habilita los fondos para el Ejecutivo hasta el 8 de febrero, la administración de Trump añadió una enmienda que prevé una partida de más de 5.000 millones de dólares para construir una muralla en la frontera con México destinada a frenar el ingreso de indocumentados.
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Ante la resistencia de legisladores demócratas de aprobar la enmienda, el mandatario ordenó el 22 de diciembre el cierre parcial del Gobierno, que implica la suspensión de servicios públicos no esenciales.
La construcción de la valla en la frontera sur fue una de las principales promesas de campaña de Trump.