Alquilar un apartamento o una habitación en una ciudad turística tiene sus ventajas: el viajero tiene más flexibilidad e independencia para conocer el destino en el que se encuentra de una manera más auténtica. Incluso la elección puede ser más económica que un hotel tradicional.
Estos conceptos atractivos están detrás de la proliferación de alquileres vacacionales, un fenómeno que ha crecido indiscriminadamente en los últimos años, particularmente a través de las plataformas Airbnb o HomeAway.
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El espíritu colaborativo inicial entre huésped y visitante se fue desvirtuando. Sobran casos de ciudades donde las empresas han aprovechado de este sistema para hacer su negocio: según una investigación de eldiario.es, en España un 5% de los perfiles tienen cinco o más anuncios en Airbnb. Algunas empresas llegan a tener cientos de publicaciones en el sitio.
En total, manejan un 34% de la oferta en el país. En Madrid y Barcelona, los precios de alquileres para los residentes llegan a máximos históricos, y los ayuntamientos intentan controlar la situación. Al mismo problema se enfrentan otras urbes en Europa y EEUU. Sin contar los perjuicios que esto trae en la convivencia ciudadana y en la recaudación impositiva.
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¿Es posible recuperar la dimensión sustentable y solidaria de las plataformas de alquiler vacacional? Un grupo de jóvenes europeos creen que sí y han creado FairBnB, una plataforma de carácter cooperativo que pone el énfasis en la comunidad y elimina el margen para la especulación.
"FairBnB nace como consecuencia directa de las repercusiones que tiene en las ciudades las plataformas de alojamiento vacacional. Varios grupos de personas estábamos trabajando en lo mismo, pero de forma paralela", explicó a Sputnik Sito Veracruz, uno de los fundadores del sitio.
Cuando la situación de la capital holandesa llegó a los medios, muchas personas de otras ciudades de Europa se pusieron en contacto. Como destaca Veracruz, FairBnB —un guiño al nombre de la plataforma Airbnb y la palabra inglesa 'fair', justo- nació "en varias ciudades a la vez, a partir de grupos de personas que estaban trabajando en lo mismo de forma paralela".
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Estos grupos de Amsterdam, Barcelona, Bolonia, Valencia y Venecia se juntaron y organizaron una cooperativa "de activistas, programadores, investigadores y diseñadoras que aspiran a solucionar el reto de poner el procomún en el centro de la economía colaborativa", como destacan en su sitio web.
"Para nosotros la verdadera economía colaborativa es la cooperativa, porque es la que integra a varios actores dentro de un ejercicio efectivo de una actividad económica", explicó Veracruz sobre el proyecto, cuyos creadores esperan poder lanzar en la primavera boreal 2019.
"Es muy importante que los vecinos se puedan involucrar en la gestión del turismo. (…) Ahora mismo nuestro proyecto se basa bastante en la importancia de los nodos locales, que serán grupos de personas en áreas que tengan una afección turística. Pueden ser simplemente ciudadanos interesados en la problemática, anfitriones propietarios de casas o asociaciones que quieran colaborar", indicó Veracruz.
Estos nodos trabajarán en una primera instancia para decidir los criterios al momento de decidir qué vivienda formará o no parte de la plataforma, deliberen de qué manera se puede regular el servicio allí donde no existen lineamientos claros. Luego, se busca que los nodos colaborativos se consoliden como"agentes económicos con entidad propia y puedan ofrecer servicios" a los turistas.
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Se busca así que los efectos de este modelo de turismo lleguen más allá de los propietarios, y que los efectos económicos se distribuyan mejor. Actualmente, subrayó Veracruz, "una gran mayoría de los usuarios realiza una pequeña parte del negocio". Por eso, FairBnB hace una clara división entre agentes profesionales y no profesionales.
"Algunos de los grandes propietarios son hostales o albergues con licencias totalmente legales. Sin embargo, hay muchos que están en una zona gris, que son personas individuales gestionando muchas viviendas pero pagando impuestos como si fueran individuos. Eso es lo que causa un desequilibrio y lo que se conoce como 'hotel fantasma', que se alquilan durante todo el año no tienen una licencia estable. Entonces causa más molestias. Nosotros queremos evitar ese tipo de propietario", indicó el cofundador de la plataforma.
Inicialmente, FairBnB se lanzará de manera piloto en las ciudades europeas donde ya hay nodos locales. A partir de la experiencia en estos sitios, esperan poder expandirla a otras ciudades del mundo, donde ya hay colaboradores desarrollando el concepto, por ejemplo, en Ciudad de México.