"Reniegue del trato con los cismáticos, absténgase de participar en la aventura política de su legalización", exhorta Kiril en una carta, "probablemente, la última", al patriarca de Constantinopla.
De lo contrario, advierte, "dejaría de ser primado en un mundo de centenares de millones de creyentes ortodoxos, y los sufrimientos infligidos a los ucranianos ortodoxos le acompañarían hasta el Juicio Final de nuestro justo Señor y serían un testimonio en su contra delante de Él".
"Todavía no es tarde para detenerse", resalta el jerarca ruso.
El 15 de diciembre, se celebró a iniciativa del presidente ucraniano Petró Poroshenko y el patriarca Bartolomé de Constantinopla el llamado 'concilio de unificación', que eligió al metropolitano Epifani (Dumenko) como primado de la nueva y no canónica 'Iglesia autocéfala' ucraniana.
Mientras, las autoridades de Ucrania esperan recibir a principios de enero próximo el 'Tomos' (decreto) del patriarca de Constantinopla, Bartolomé, sobre la autocefalia de la iglesia ortodoxa local.
Según el documento aprobado por la Rada (Parlamento ucraniano), la Iglesia Ortodoxa Ucraniana canónica dispondrá de cuatro meses para cambiar su nombre, dejar de llamarse "ucraniana" y enmendar sus estatutos.