"El 28 de diciembre, agentes del FSB detuvieron al ciudadano estadounidense Paul Whelan mientras estaba realizando actividades de espionaje", dice el comunicado.
Las leyes vigentes en Rusia prevén una pena de 10 a 20 años de cárcel por el delito de espionaje.
Un general retirado del FSB y, hoy en día, miembro del Consejo para Política Exterior y de Defensa, Alexandr Mijáilov, supuso en declaraciones a Sputnik que "realmente ha sido algo gordo" en esta ocasión.
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La mayoría de los individuos que el FSB detiene por espionaje, según el experto, son nacionales de terceros países o de Rusia, no de EEUU como en esta ocasión.
"Esperemos la respuesta estadounidense. Habrá griterío, tal vez, de que violamos los derechos de su ciudadano, y así por el estilo. Pero si nuestra contrainteligencia no tuviera pruebas demoledoras de que el detenido es culpable, no habrían divulgado esa información", opinó Mijáilov.