A fines de 2014, la familia de Alfredo Zitarrosa, reconocido cantautor uruguayo, entregó al Centro de Investigación, Documentación y Difusión de las Artes Escénicas (CIDDAE) del Teatro Solís de Montevideo, decenas de cajas con distintas pertenencias del músico.
Dentro del material atesorado, que incluía desde muebles, cartas, hasta un tucán embalsamado, también se encontraba un amplio registro sonoro y audiovisual en una variedad de formatos: Súper 8, VHS, miniDv, y U-matic.
La viuda e hijos del cantautor decidieron dársela al CIDDAE, unidad que depende de la Intendencia de Montevideo, para que con su apoyo se pudiera hacer un trabajo de digitalización, al no contar con las herramientas adecuadas para realizarlo.
Para esta tarea el municipio firmó un convenio con el ministerio de Cultura, y el Archivo General de la Universidad de la República.
"El trabajo que hizo la familia de Alfredo de conservar su archivo no fue una tarea fácil, ya que es muy amplio y variado en sus soportes. Y si bien el papel y la fotografía sufren mucho los cambios climáticos, lo sonoro y lo audiovisual pueden tener pérdidas irreversibles de información", explicó a Sputnik Mariel Balás, integrante del Laboratorio de Preservación Audiovisual del AGU.
El proyecto fue coordinado por Balás y Lucía Secco, quienes trabajaron junto a Guillermo Carter, ingeniero audiovisual, Macarena Fernández, comunicadora, Fabricia Malán, musicóloga especializada en conservación de archivos sonoros y Evangelina Ucha, egresada de Bellas Artes especializada en fotografía.
El proceso llevó dos años, durante el cual se inspeccionaron, limpiaron y digitalizaron 564 casetes, 232 cintas de carretes abiertos, 26 VHS, 22 cintas de audio digital y 11 MiniDV.
"Sobre todo en lo sonoro, con los casetes, lo que me pasó era sentir como que estaba ahí. De pronto imaginarme la habitación, hacerme una composición de cómo era el lugar, y conocer un poco más al ser humano. Estamos acostumbrados a escucharlo con esa voz imponente que pega en el centro de uno, y esto era escucharlo en su cotidianidad, en sus reuniones con amigos", contó Balás.
Dentro del trabajo de digitalización falta terminar de procesar algunos soportes, aunque lo más importante se recuperó y está accesible para que la familia defina qué parte del archivo quedará accesible al público.