"Yo soy Papá Noel los 365 días del año", dijo Miguel Ángel Tibaut, periodista, de 58 años, a Sputnik. "Mi vida es así, me saco selfies con gente todos los días, o me sacan fotos de los autos y los colectivos. Hay una gran alegría por parte de la persona que lo hace y a mí también me gusta porque veo la alegría de ellos. ¿Viste Clark Kent, periodista, que se hace Superman? Bueno, yo soy un Papá Noel que se hace periodista".
"Empecé a notar que tiene mucha fuerza el personaje, desde lo espiritual y hasta la catequesis, y empecé a hablar con sacerdotes, incluso lo llegué a hablar con el ahora Papa Francisco, que en vez de criticarlo habría que realzar su figura, incluso entre las comunidades evangelistas, con mucho éxito".
Miguel tiene su propia página de Facebook "Papá Noel, el amigo de Jesús", acaba de lanzar su canal de YouTube que se llama "Papá Noel TV" y desde hace tres años, cada diciembre se mete en el traje rojo, se coloca el bonete de pompón blanco y encarna el personaje en el reconocido centro comercial Unicenter para que miles de niños, adultos y ancianos tengan de primera mano un encuentro con la magia de la Navidad.
"Yo siempre digo que desde el año pasado, que interpreté por primera vez a Papá Noel, me cambió la vida, porque el amor, el cariño que recibo de los chicos cuando vienen, me abrazan, me besan, es algo que realmente me llena, es un trabajo hermoso, es un regalo para el alma", dijo a Sputnik Jorge Carlos Daluz, de 69 años, quien intercala los turnos con Miguel Ángel y que el resto del año trabaja como remisero y en el rubro gastronómico durante la temporada de verano en la ciudad turística cordobesa de Villa Carlos Paz.
Jorge contó que tiene cuatro hijos y un nieto de 6 años quien, el año pasado, cuando también por primera vez hizo el papel de Santa Claus pero para su familia, como por arte de magia, no lo reconoció: "Llegué a mi casa disfrazado a repartir regalos y desfiguré un poco la voz y el tipo estaba embelesado. El abrazo que me dio, sorprendidísimo de que Papá Noel estuviera en su casa, es algo que no hay dinero que lo pueda pagar".
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"Con mis nietos, hasta el día de hoy, el día de Navidad me tengo que poner el traje y sacarme una foto con ellos. Aclaro que tienen entre 27 y 32 años", dijo con gracia por su parte Roberto Behrends de 79 años, quien es lo que podría llamarse un Papá Noel con trayectoria.
Comenzó a interpretar el personaje en los primeros años de la década de los 80 en la escuela donde trabajaba su mujer después de que el hijo del rector lo identificara con la famosa figura navideña. Ocupó ese rol esporádicamente desde entonces y ya en el nuevo milenio comenzó a trabajar en shopping malls y acudiendo a empresas y otras instituciones para eventos particulares.
"Al principio lo sentía un poquito, no digo como un engaño, pero sí como algo muy extraño. Hoy en día, acercarse tanto a un niño como a un adulto mayor, en un hogar de ancianos, por ejemplo, es una sensación imposible de describir. Lo que más me llega es el brillo de los ojos cuando uno los saluda, esa alegría, esa satisfacción que tienen", narró.
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Roberto contó que algo que nota es la diferencia que siente entre la reacción de niños de diferentes clases sociales. "Cuando salimos de algunos niveles muy altos y vas bajando, ahí los chicos lo viven mucho más. Supongo yo que es un tema cultural. Irte a una villa y saludar a los chicos que no tienen otra llegada a todo esto posiblemente, cuando lo ven a Papá Noel lo abrazan con más fuerza. Y también hay quienes le huyen despavoridos, lógicamente. Pensemos: el traje todo colorado, yo soy una persona alta, 1,90 mentros. Me ven ahí, un obelisco que camina, y salen disparando".