A comienzos de 2017, México se despertó convulsionado por el anuncio del Gobierno de Enrique Peña Nieto, de que un "gasolinazo" aumentaría los costos de la gasolina al público, impactando en toda la economía mexicana. Según se anunció entonces, la reforma colaboraría a una renovación del sistema energético mexicano.
"Como justificación para la reforma energética, se dijo que en este 2018 íbamos a estar produciendo tres millones de barriles. La realidad hoy es 1,7 millones. Lo mismo con el gas, de 8.000 millones de pies cúbicos, estamos en 3.700 millones. Nada se cumplió", informó Romero Oropeza en entrevista con Aristegui noticias.
Ante esta situación acuciante, los anuncios del nuevo Gobierno de impulsar el desarrollo industrial de Pemex y dejar de endeudar a la empresa estatal representan "un giro en la política", que se afianzó con lo dispuesto en el presupuesto federal que regirá el primer año de Andrés Manuel López Obrador.
"En lugar de estar comprando directamente a una refinería, se compra con un intermediario que dice que no usa los ductos de Pemex por lo que tiene que hacer el transporte y eso sale muy caro", encareciendo los costos.
El nuevo Gobierno anunció su voluntad de sancionar con un endurecimiento de penas (que pasa por la prisión preventiva automática) a quienes sean acusados de robo de combustible de la empresa estatal, lo que en México se conoce con el nombre de "huachicol".
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"Es muy importante acabar con la corrupción de la compra de gasolina, pero va a tener que irse con mucho cuidado, porque es un súper negocio", sentenció. Para el investigador, hay un tema clave para Pemex y que aún no ha entrado en el centro de las discusiones públicas. "Las estrategias de recuperación de pozos petroleros que se supone que ya estaban agotados pero que con técnicas de recuperación pueden tener resultados muy significativos. Algunos yacimientos que estaban en tierra pueden hacer más eficiente el gasto de Pemex", concluyó.