El acuerdo correspondiente fue firmado por el director general adjunto de Programas de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Daniel Gustafson, y el representante permanente de Rusia ante las instituciones de la ONU en Roma, Víctor Vasíliev.
"Un gran número de agricultores se vieron obligados a abandonar sus tierras en Siria por la falta de seguridad, lo que tuvo consecuencias devastadoras para la producción agrícola, así como para la infraestructura y los servicios", dijo Gustafson.
Agregó que "la disponibilidad limitada y el alto costo de los medios de producción agrícolas limitan significativamente las capacidades de los agricultores locales".
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"Por eso, nuestra prioridad es estimular la economía local y contribuir a la reducción de la pobreza a nivel local y el mejoramiento de la alimentación en los sectores más necesitados de la población", subrayó.
A su vez, Vasíliev dijo que "el proyecto debe proporcionar las condiciones básicas para el desarrollo socio-económico del país".
Según datos recientes de la ONU, actualmente hay 6,5 millones de sirios que enfrentan una escasez aguda de alimentos, y otros 4 millones de personas están en riesgo de inseguridad alimentaria.
La crisis en Siria destruyó el sistema de producción agrícola, que anteriormente desempeñaba un papel vital en la economía nacional y constituía entre 20 y 25% del PIB del país.