Rusia invita a los observadores militares que quieran llegar al país para ver la realidad con sus propios ojos, y es que el alcance de dichos misiles rusos es inferior al mínimo establecido en el acuerdo que se sitúa en los 500 kilómetros.
Precisamente a esta advertencia Occidente la interpreta como una amenaza. Como si esperara alguna otra reacción a los planes de EEUU de volver a desplegar misiles de medio y corto alcance Europa, cerca de las fronteras rusas. Lo que en realidad dijo Putin es que si Washington quiere tener armas prohibidas por el tratado de los misiles de medio y corto alcance, Rusia también las tendrá.
No te lo pierdas: Rusia podría renunciar a sus misiles 9M729 "con una condición"
Pero no sólo las acusaciones de incumplir el acuerdo de los misiles de medio y corto alcance sirven de camuflaje para la situación real. También cumplen ese papel las noticas sobre la presunta amenaza de Putin a Occidente con una nueva guerra nuclear.
En esta situación, como en otras tantas, se mezcla la causa y la razón, y ya a muchos les parece que en cualquier caso EEUU debe reanudar la fabricación de los misiles para contrarrestar la "amenaza rusa".
No obstante, parece evidente que los intereses europeos no coinciden con los de EEUU en este tema particular. Y es que los países europeos que desplieguen nuevos misiles estadounidenses en su territorio se convertirán en los primeros blancos de misiles rusos, y se volverá a la situación en la que Europa corría el riesgo de ser destruida en cuestión de minutos. Eso es una realidad, pero parece que nadie se da cuenta. O nadie quiere darse cuenta.