China se ha convertido recientemente en una de las más importantes fuentes de financiamiento de infraestructura económica en África, Asia, América Latina, Oriente Medio y Europa central y oriental, destaca el informe de AidData, el laboratorio de investigación del College of William and Mary, una de las universidades más antiguas de Estados Unidos.
Según el experto, China adopta estrategias distintas al invertir en países en desarrollo o en países desarrollados.
La prioridad china con relación a los países en desarrollo, en particular con los del continente africano, es asegurar el control sobre las fuentes de materias primas para garantizar sus suministros a China. También en el marco de esta estrategia está la compra de instalaciones ya existentes o la construcción de nuevos transportes y otras infraestructuras para el desarrollo de las economías de estos países como socios comerciales de China.
"Esto se hace no solo para asegurar el suministro de materias primas de esos países a China, sino también para que ellos puedan desempeñar un papel cada vez más importante como mercado para los bienes y servicios chinos", detalló Kocheshkov al medio Vzglyad.
Entre historiadores y economistas occidentales, especialmente los de izquierda, es común considerar a China como el país que puede desafiar la hegemonía global de Estados Unidos.
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Bajo el mandato de Xi Jinping, actual presidente de China, comenzó a ser declarado abiertamente que el control sobre el sistema económico mundial es un objetivo crucial del país asiático. Los proyectos de la Nueva Ruta de la Seda, por vía terrestre y marítima, son un claro ejemplo de ello. De hecho, el objetivo declarado de la iniciativa del Cinturón y Ruta de la Seda es crear un espacio económico único, controlado por China, en un territorio que incluye al menos a toda Eurasia, así como a partes significativas de África y Oceanía. En la práctica, esto no pasa de un nombre nuevo para la expansión económica pragmática china habitual, consideró Kocheshkov.
"En los últimos dos años, Pekín comenzó a hablar abiertamente sobre su disposición a reemplazar a Estados Unidos como líder de la globalización económica mundial, ya que el mismo EEUU ya no quiere ocupar este lugar. La influencia económica china en varias regiones en desarrollo se asemeja o está por delante de la influencia de los países occidentales", señaló el experto.
Sin embargo, no se debe exagerar el éxito de China, consideró Dmitri Karasev, investigador principal del Laboratorio de Historia Económica y Social de Academia Presidencial de Economía Nacional y Administración Pública de Rusia, quien consideró que la euforia generalizada en torno al 'milagro económico chino' no pasa de una 'chinomanía'.
Pavel Rodkin, profesor asociado de la Escuela Superior de Economía, comparte un punto de vista similar. El experto considera que China está obligada a actuar en el marco del sistema existente de capitalismo.
"La expansión económica requiere toda una gama de soluciones no económicas y potencialmente conflictivas. El problema es que el acceso a los mercados extranjeros en el marco del extenso modelo de desarrollo conduce inevitablemente a un conflicto agudo y abierto con Estados Unidos, para el cual China aún no está lista y evitará a todo coste", subrayó Rodkin.
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