"Desde abril, debido a la sequía y al conflicto en curso, casi un cuarto de millón de afganos se vieron obligados a huir de sus hogares en esta región", destacó Baloch.
Actualmente, aclaró, "unas 220.000 familias viven en refugios temporales en las provincias occidentales de Herat, Badghís y Gawr".
El político señaló que la situación se agrava por el frío invernal, ACNUR ya detectó un aumento de la mortalidad entre los niños.
Este 27 de noviembre, en la ciudad suiza de Ginebra empezó una conferencia ministerial, que durará dos días, sobre el conflicto afgano.
La reunión está dedicada a temas como la asistencia internacional para el proceso de reconciliación nacional en Afganistán, la realización del programa de reformas por parte del Gobierno afgano y el apoyo a iniciativas económicas regionales enfocadas en Afganistán.
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Se espera que los representantes de Kabul informen sobre el progreso en la implementación de reformas, incluyendo las esferas de seguridad alimentaria, migración y economía.
Afganistán vive una situación de inestabilidad política, social y de seguridad a raíz de los ataques que lanza el movimiento Talibán y, desde 2015, el grupo terrorista ISIS (autodenominado Estado Islámico, proscrito en Rusia y otros países) pese a la fuerte presencia militar de EEUU y otros países de su órbita.