Según Hamisha Gul, los problemas empezaron cuando un proyectil cayó sin explotar cerca de su casa durante un combate entre los talibanes y las fuerzas afganas.
Al día siguiente, 11 niños que iban a la escuela se pusieron a jugar con el proyectil hasta que este estalló. El saldo fue de 4 niños muertos y otros 7 heridos, algunos de ellos perdieron las piernas. Esta explosión también acabó con la vida del padre de la familia.
Anualmente el número de víctimas civiles incrementa en Afganistán. Casi 1.700 personas han fallecido y más de 3.400 han resultado heridas en este país de Asia Central durante la primera mitad de 2018.
Sin embargo, es posible que estas cifras no sean exactas porque los empleados de la ONU que se encargan de recolectar estos datos no tienen acceso a todas las zonas del país.