"No pongo en tela de duda que la finalización de funciones del embajador Carlos Abad podría obedecer a la voluntad del Gobierno ecuatoriano de endurecer su posición con el señor Assange", dijo Pabón, quien integra el movimiento político del expresidente Rafael Correa (2007-2017), a esta agencia.
El diplomático ejerció su cargo en ese país desde junio de 2015, designado por Correa, y el Gobierno actual aún no ha dicho quién lo reemplazará.
Pabón añadió que al momento la política exterior del Gobierno de Moreno responde a presiones de otros países, en particular de EEUU.
"Hay influencia de Estados Unidos. Creo que con el vicepresidente de ese país, Mike Pence, se trató sobre Assange porque una serie de acciones tomadas vinieron después de su visita a Ecuador", destacó Pabón.
Pence visitó Ecuador en junio pasado y se reunió con Moreno, en lo que fue calificado por los sectores afines a Correa como un viraje del Gobierno hacia la derecha.
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Assange llegó en junio de 2012 a la embajada ecuatoriana en Londres, huyendo de acusaciones de las autoridades suecas por cargos de delitos sexuales que el australiano negó.
Suecia retiró los cargos en 2017, pero Assange tiene una orden de captura del Reino Unido por haber violado las condiciones de su libertad bajo fianza.
Desde octubre pasado, Ecuador aplica en su embajada un protocolo especial para Assange, que le exige no pronunciarse sobre temas que puedan afectar a otros estados, establece un procedimiento para recibir visitas o atención médica, entre otros aspectos que de no ser cumplidos por el australiano llevarán a la pérdida del asilo.