Imputada de contaminación de alimentos, la exsupervisora de la granja permaneció en un centro correccional desde su arresto el 11 de noviembre, pero quedará en libertad provisional hasta que la Corte de Magistrados de Brisbane vuelva a examinar su caso el 17 de diciembre.
El abogado de Trinh, Nick Dore, piensa que la acusación contra su cliente se basa en "rumores". Supuestamente habría dicho a otro empleado hace uno o dos años: "Si odio a alguien, pondré la aguja en la fresa y haré que quiebre".
La fiscal Cheryl Tesch alega que la prueba es sólida. "Es 100.000 millones de veces más probable que el ADN hallado en una de aquellas agujas sea de la imputada".
Según los medios australianos, Trinh podría pasar hasta 10 años entre las rejas en el caso de que sea declarada culpable.
Más tarde, se descubrieron también bananas y manzanas contaminadas, por lo que se recomendó cortar cualquier fruta antes de comerla.
También en Nueva Zelanda se encontraron agujas en las fresas importadas de Australia.
El Servicio de Policía de Queensland coordinó a raíz de estos sucesos una investigación nacional en la que se implicaron varias agencias gubernamentales, policiales y de inteligencia.