Por eso, desde que en la madrugada de este sábado 17 la empresa Ocean Infinity comunicó que había encontrado el submarino desaparecido desde el 15 de noviembre de 2017, las expectativas se centran en su recuperación y en la de los 43 marinos y una marina que murieron.
"No tenemos que olvidar que la humanidad tiende dos fronteras tecnológicas", dijo en diálogo con Sputnik el licenciado en relaciones internacionales Martín Pizzi, experto en temas navales.
Uno de ellos es el espacio exterior y el otro las profundidades del mar.
"Fue hallado a una profundidad de 900 metros en una zona de formaciones rocosas muy destacadas e irregulares, ya no hay casi luz solar y la presión que ejerce el mismo peso del agua sobre cualquier objeto que se encuentre allí asciende a unos 90 kilos por centímetro cuadrado", apuntó Pizzi.
Este panorama sólo hace posible la exploración para vehículos remotamente tripulados como los de la empresa Ocean Infinity, pero el rescate ya requiere de otras capacidades tecnológicas.
"Sería inédito para la historia naval. No se ha hecho ningún intento de rescate de una embarcación hundida a tanta profundidad", afirmó Pizzi.
"Todo esto ha desnudado las carencias operativas y tecnológicas que sufren las FFAA de la República Argentina (…) En este último año lamentablemente la tragedia del submarino San Juan no ha servido de catalizador para instalar en agenda la situación crítica del sector y llevar la situación a una reinversión para ubicarlas en el punto central de la estrategia argentina".