Emmanuel Macron acelera la presión sobre sus aliados continentales para insistir en la urgencia de dotarse de un ejército común, que a veces nombra tal cual y otras menciona bajo la definición de "sistema de defensa común".
Desde entonces, en Francia y otros países europeos las críticas de Donald Trump a las palabras de Macron se han utilizado en defensa de esa idea, cuando lo que Trump censuraba era la falta de elegancia de su homólogo, designando a Estados Unidos como enemigo potencial cuando Francia ha recibido por dos veces la ayuda militar norteamericana en los dos grandes conflictos mundiales.
Trotski o Trump, todo es válido para perseguir un plan difícil de vender no solo en Francia, sino en otros muchos países europeos, pero que una especie de corrección política comunitaria empuja a evitar cualquier crítica. Utilizar la memoria histórica en beneficio propio es algo peligroso y no asegura un rédito político. Pero Macron ha encontrado en las conmemoraciones un lecho fértil para sus discursos 'progresistas', haciendo un paralelismo infundado entre el fascismo de la Alemania nazi y los gobiernos de países como Hungría o Italia, deslizando su idea hacia otra diana, la de su compatriota Marine Le Pen.
Infografía: Los ejércitos más poderosos del mundo, en cifras
"Angela Merkel" —subraya la prensa europeísta— "apoya la idea de un ejército europeo". La сanciller, que piensa ya en su retirada política y que representa el fracaso de su partido y sus coaligados, parece dispuesta a no seguir siendo 'Madame Niet' en sus encuentros con su aliado francés.
Pero en el fondo, analizan los expertos, "los alemanes no tienen ningunas ganas de ver a los franceses liderando la defensa europea ni de ver unas fuerzas de defensa formadas por soldados franceses con uniformes repintados con los colores de Europa".
"Uniformes franceses repintados de Europa"
El exjefe de los ejércitos franceses, General Devilliers, afirma que "si el Ejército de la Unión Europea (UE) consiste en yuxtaponer fuerzas, fusionar las unidades de combate y ponerlas a la orden de un Estado Mayor en Bruselas, yo digo que es imposible". Por cierto, Pierre de Villiers fue cesado de forma fulminante por Macron por criticar el magro presupuesto de defensa hace más de un año.
El nuevo jefe del Estado Mayor francés, François Lecointre, opina que "Europa hace frente a riesgos como el terrorismo, la inmigración incontrolada y diferentes tráficos que son objeto de análisis diferentes y contradictorios entre los países europeos".
Es la simple clave de la cuestión. No todos los países europeos están de acuerdo en la manera de llevar adelante la lucha contra esos desafíos, pero, además, las soluciones presentadas por Bruselas, París o Berlín para ponerles remedio no convencen a todos los socios.
Asunto relacionado: Lucha en el barro encarnizada entre Trump, Macron y Merkel
Emmanuel Macron agota a sus asesores con discursos que suenan muy bien en los oídos de sus partidarios, pero que difícilmente pueden suscitar el apoyo europeo cuando en su propio país no consiguen cuajar. Así, su idea de ejército común europeo es rechazado por la oposición, de izquierda a derecha.
Desligar la soberanía nacional de la esencia de un ejército no va a ser una tarea fácil para Macron y los más convencidos europeístas. En su propio país, no es de extrañar que Marine Le Pen haya aprovechado la ocasión para insistir en el concepto de soberanía: "un ejército europeo es una traición", asegura la jefa de Reagrupación Nacional (RN). "El presidente es el jefe de los ejércitos y el garante de la independencia nacional".
Más: La OTAN no apoya la idea de la UE de crear sus propias estructuras de mando
En el otro extremo del arco político tampoco Macron puede esperar adhesiones. El líder de La Francia Insumisa, Jean-Luc Melenchon, se inquietaba ya en una tribuna publicada en septiembre sobre el proyecto 'Europa de la Defensa'.
El futuro de Macron se juega en Europa
A seis meses de las elecciones europeas, que supondrán el primer plebiscito para Emmanuel Macron, cualquier iniciativa es considerada tanto por él como por su oposición como un argumento electoral. Hundido en los sondeos y con una revuelta de las capas más populares contra su política económica, Le Pen y Melenchon son sus principales rivales en esos comicios y van a utilizar las urnas europeas para intentar sancionar la acción del presidente.
Algunos de sus colegas comunitarios pueden coincidir en esa política, aunque con reparos, y sin abundar en las críticas furibundas hacia los Gobiernos de Italia, Hungría o Polonia. Insistir ahora con la idea de defensa común europea es un elemento más de discordancia con esos mismos gobiernos que sostienen posiciones consideradas progresistas. Países como Holanda o Suecia ya han dejado claro que no ven con mucha pasión la idea de un ejército europeo.
Además: Trump critica con dureza a Macron por propuesta de crear ejército europeo
Otros gobiernos comunitarios prefieren no pronunciarse y seguir la corriente, conscientes de que, de momento, ninguno de sus ciudadanos va a ser llamado a jugarse la vida en defensa de interesas supranacionales decididos por Bruselas, ya sea desde un Consejo de Defensa o de un eventual 'Consejo de Seguridad' europeo.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK