"No se puede acabar la violencia con la violencia, no se puede apagar el fuego con el fuego, no se puede enfrentar el mal con el mal", dijo López Obrador al presentar su esperado plan, junto con el futuro secretario de seguridad Pública, Alfonso Durazo, y la próxima titular de Gobernación, encargada de la política interna, Olga Sánchez Cordero.
Durazo expresó a su turno que "ante la imposibilidad de derrotar a las expresiones delictivas por medios exclusiva o preponderantemente policiales y militares, y frente al absurdo de querer pacificar con métodos violentos por lo contraproducente y trágico de tales políticas, resulta imperativo hacer un alto", expresó.
El futuro responsable federal del combate al crimen organizado, dijo que un proceso de pacificación contra las organizaciones delictivas requieren de "adoptar modelos de justicia transicional que garanticen los derechos de las víctimas", prosiguió.
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Ese modelo, consiste en "leyes especiales para poner fin a las confrontaciones armadas, posibilitar el desarme y la entrega de los infractores, garantizar sus derechos, ofreciéndoles reducciones de penas e incluso amnistías condicionadas al perdón de personas y colectividades que hayan sido afectadas, proponiéndole (a los delincuentes) un cambio de vida", expuso Durazo, quien fue secretario particular y portavoz del presidente Vicente Fox (2000-2006).
En segundo lugar, plantea un enfoque social del problema, al "garantizar empleo, educación y salud a través de programas de desarrollo y bienestar para reducir la pobreza y la marginación", indicó.
El tercer principio es "garantizar el respeto y promoción de derechos humanos", que elimine la represión y la tortura.
En cuarto lugar, propone un enfoque ético social, "a través de una constitución moral para mejorar la relación en lo individual y colectivo", promovido por un gobierno "austero honesto, incluyente y respetuoso de las libertades", expuso.
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La quinta premisa es "reformular el combate a las drogas, y reorientar los recursos para aplicarlos en reinserción y desintoxicación" de los adictos.
En séptimo lugar, contempla la "recuperación del control de las cárceles y su dignificación", así como planes para la reinserción social
Finalmente, el octavo eje considera "la construcción de una cultura de paz de la mano de instituciones y población", puntualizó Durazo.
Esa estrategia pretende, "repensar la seguridad nacional" y se reorientar a las fuerzas armadas para fortalecer sus funciones y estrechar lazos con la sociedad, terminó.
