En Colombia hay 61 sistemas de acuíferos identificados, sin embargo, sólo 10 se pueden aprovechar de forma "sostenible": la poca investigación sobre su composición es tal, que prima el desconocimiento incluso sobre los grados de contaminación que puedan tener y, consecuentemente, sobre el impacto que su consumo pueda tener en la población.
De las 40 autoridades ambientales repartidas por todo territorio nacional que tienen como cometido gestionar y garantizar el buen uso de los recursos hídricos, "únicamente cinco o seis tienen un monitoreo adecuado", indicó.
En otras palabras, menos del 3% de los organismos controlan que las industrias estén cumpliendo con las regulaciones ambientales, y que los ciudadanos estén utilizando las aguas de forma adecuada. Es sabido que los tóxicos que puedan emanar las fábricas pueden llegar a los sistemas de acuíferos y a las aguas superficiales, también así las aguas utilizadas en la agroindustria, dañando el ecosistema y poniendo en riesgo la salud humana.
Problema residual: ¿qué hacer con tanta basura?
"Los 391 municipios [de los 1.100 que hay en el país] que tradicionalmente se desabastecen por agua superficial, requieren fuentes alternas", aseguró Vargas. Sin embargo, "realmente no se tiene control sobre ese tipo de puntos de captación. […] Uno de los retos es utilizar de manera conjunta el agua superficial y subterránea", indicó.
Las aguas subterráneas que más se saben contaminadas, aunque no qué tanto, son las del Magdalena Medio, una zona caracterizada por la presencia de explotaciones petroleras desde la década de 1950 y que ahora podría llegar a ser explotada por proyectos de extracción de hidrocarburos por fraccionamiento hidráulico.
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Hace casi 70 años también se empezaron a explorar los acuíferos, a través del Servicio Geológico Colombiano (SGC), pero el "control ambiental, de contaminación, monitoreo es bastante deficiente y está a cargo de las autoridades ambientales", agregó.
Por eso Vargas espera que sean ellas quienes incorporen la exploración en su gestión y se logren "presupuestos adecuados para estudiar, caracterizar y monitorear los sistemas de acuíferos".
"El reto consiste en tener un conocimiento adecuado para gestionar y aprovechar de forma sostenible las aguas subterráneas, pero además tener un monitoreo sistemático de los sistemas acuífero", resumió Vargas.