En un comunicado, Twitter informó que "averiguó internamente y fue constatado" que las cuentas oficiales de Bolsonaro y de su formación, el Partido Social Liberal (PSL), "no contrataron impulso de contenido, sea electoral o no", según recoge el portal de noticias G1.
Las manifestaciones de estas dos redes sociales fueron enviadas después de que el juez del TSE Luís Roberto Barroso, encargado de validar las cuentas de la campaña de Bolsonaro, determinara que las empresas informaran si la campaña pagó para difundir propaganda electoral.
Tras Facebook y Twitter también deberán pronunciarse Google, Instagram y WhatsApp.
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Las elecciones presidenciales de 2018 fueron las primeras en que el impulso de contenido para fines electorales vía Internet estuvo permitido por ley.
Sin embargo, la Justicia Electoral determinó que ese contenido debía ser identificado de forma inequívoca y contratado exclusivamente por partidos políticos, coaliciones, candidatos o sus representantes.
Según la versión de este diario, empresas que apoyaban a Bolsonaro compraron en agencias de marketing online paquetes de disparo masivo de mensajes a través de WhatsApp, en su mayoría para desgastar al PT y con gran parte del contenido falso.
La práctica podría ser considerada ilegal por la Justicia, dado que podría considerarse una donación a la campaña electoral de Bolsonaro por parte de empresas y desde 2005 las compañías no pueden hacer donaciones electorales.
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Ante estas revelaciones el PT pidió la impugnación de la candidatura de Bolsonao, declarándole inelegible durante ocho años por un supuesto delito de abuso de poder económico y uso indebido de los medios de comunicación.
El presidente electo niega todas las acusaciones, y en su momento dijo que no podía controlar todo lo que hacen sus simpatizantes y que su campaña es orgánica, basada en el trabajo voluntario de miles de brasileños.