Como si fuera el desenlace de una semana de tensión acumulada, ayer la sensación térmica alcanzó los 37 grados centígrados y hoy Buenos Aires se despertó con una furiosa tormenta en la que cayeron 70 mm en un lapso de dos horas, inundando las inmediaciones y la cancha del Club Atlético Boca Juniors.
“Esta es la final más importante que se haya jugado en la historia: Final de la Libertadores, Superclásico, los dos equipos en un gran momento, dos técnicos que son unos cracks. No se le puede pedir más al fútbol. Esto es histórico y lo estamos viendo. Ojalá el arbitraje esté a la altura de las circunstancias y que no haya violencia ni dentro ni fuera de la cancha. El mundo tiene los ojos puestos en Argentina hoy”, dijo a Sputnik Joaquín, fanático del xeneize y vecino de la Boca.
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Los dos partidos, ida en la Boca y vuelta en el Monumental, se jugarán sin hinchada visitante, en horarios inusuales. En el lapso entre partidos seguirá subiendo la tensión.
“En principio, yo no quería esto. La estuve pasando remal. Unos nervios, de verdad. Todos los días pensando, viendo videos. Me van a salir canas nuevas y voy a perder más pelo en estas dos semanas entre partidos. Es una sensación rara. Tengo miedo, siento que River tiene mucho más que perder. Y así voy a estar hasta el 24, cuando me voy a poner a llorar, de alegría o de tristeza”, dijo a Sputnik Gustavo, hincha de River, que lo mira por TV.