"Este éxodo no es nuevo; estamos para servir a los migrantes, no para beneficiarnos, ni para lucrar política, económica o mediáticamente con su dolor; ellos tienen una situación de total vulnerabilidad y desventaja, el Gobierno de EEUU es responsable de la destrucción y de haber creado un infierno en Centroamérica", dijo Solalinde, luego de que una caravana procedente de Honduras se dividiera en la Ciudad Deportiva de la capital de este país.
El llamado y la advertencia de Solalinde se produjo luego de que este 9 de noviembre se materializó una clara división entre unas 5.500 personas que están albergadas desde el 5 de noviembre en la Ciudad Deportiva "Magdalena Michuca", en el este de la capital, cuando al menos medio millar de hondureños comenzaron a desplazarse hacia la central ciudad de Querétaro para reemprender viaje hacia la frontera con Estados Unidos.
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El religioso católico, que recibió en 2011 el Premio Nacional de Derechos Humanos, participa en la organización del operativo de atención al éxodo de centroamericanos que huyen de la violencia y la pobreza en sus países.
Hermanos en el Camino, en el sureño estado de Oaxaca, se articula con una red de albergues de la Iglesia Católica.
Un pueblo en fuga
Después de hacer un reconocimiento al sufrimiento de la organización que encabeza el activista Irineo Mujica desde Centroamérica, Solalinde acotó: "El problema comienza cuando se trata con este inmenso éxodo que no cesa como si fuera solo una caravana, quieren 'caravanizar' a un pueblo en fuga", enfatizó.
La división de los migrantes
Miles de migrantes que integran al menos cuatro caravanas y otros fragmentos del éxodo, de decenas y centenas de personas, "atraviesan rutas peligrosas hacia el norte", enfatizó.
El sacerdote a quienes auxilien a la caravana que "debemos mirarlos como al mismo Jesús, este drama pone a prueba nuestra fe, hay que auxiliarlos con mucho respeto, no como un objeto social ni político, sino como un sujeto social libre", enfatizó.
Para comprender el rechazo de los migrantes a la ayuda ciudadana y gubernamental en México, Solalinde observó que el grupo que encabeza Mujica ha luchado contra circunstancias muy difíciles.
"Son perseguidos por un gobierno hondureño corrupto, y un instituto criminal de migración [el Instituto Nacional de Migración mexicano] que actúa como un cartel delincuencial", denunció Solalinde.
Los líderes de Pueblos Sin Frontera "han sido fuertes, es un acompañamiento con protagonismo sin límites, han desafiado a la muerte, la cárcel; por eso entiendo perfectamente a Irineo", aclaró.
"Hablé con Irineo, observé que lo rebasaba todo el calvario vivido, pero esta crisis no es una cuestión de una sola organización", sostuvo el sacerdote.
Solalinde relató la complejidad para concertar a decenas de organizaciones civiles, parroquias católicas, y a las autoridades de la Ciudad de México, cuyo actual Gobierno concluirá el 5 de diciembre, cuando asumirá la nueva administración del mismo partido de López Obrador.
"Le expliqué [a Irineo] que esta ciudad se organizó para prestar ayuda, con eventos inéditos, como la ayuda de la Arquidiócesis Primada y un gobierno federal entrante que se coordina con más de 100 organizaciones de la sociedad civil", relató.
Solalinde pidió al líder de Pueblos Sin frontera que les permitieran informar a los migrantes y que ellos decidieran, pero "él se negó rotundamente", dijo.
Luego de ese incidente, otros líderes hondureños encabezados por el periodista y exdiputado opositor Bartolo Fuentes "le arrebataron el liderazgo con autoridad moral", aseguró el sacerdote.
Fuentes y Mujica fueron agredidos en la frontera sur e incluso encarcelados.
Solalinde sostuvo que "me alejé de esa disputa", pero responsabilizó de una parte de la desgracia a la gobernación del estado de Veracruz (sureste) que después de prometer autobuses a los migrantes no cumplió.
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Unas 100 personas fueron secuestradas a su paso por el peligroso territorio de Veracruz, denunciaron esta semana diversas organizaciones.
Los secuestros fueron confirmados por la oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados.
Sin embargo, cuando las organizaciones mexicanas de ayuda comenzaron a advertir de los peligros que enfrentarán los migrantes en el norte del país, Pueblos Sin Fronteras las rechazó.
"Comenzaron a boicotearnos, no me dejaron seguir hablando en la Ciudad Deportiva, lo mismo ocurrió cuando tratamos de ir a las carpas a explicar las ofertas de visas y trabajo" que ofrece el Gobierno de México, dijo el sacerdote.
Los inmigrantes que decidieron quedarse en la capital son unos 3.500, y con ellos continuará el plan de ayuda.
"Nuestra responsabilidad es decirles que en este país existen peligros de muerte en el norte: el crimen organizado y el Gobierno de EEUU", puntualizó el asesor de López Obrador.
Este 9 de noviembre el presidente de EEUU, Donald Trump, anunció que ningún inmigrante irregular podrá solicitar asilo en la frontera.