En un comunicado, Moro aseguró que aceptó "honrado" la invitación ante la perspectiva de poder implementar una "fuerte agenda anticorrupción y contra el crimen organizado", según adelantó la cadena Globonews.
El juez también manifestó "cierto pesar" por tener que abandonar 22 años de carrera, ya que el aceptar el cargo no podrá volver a ejercer de juez de primera instancia.
El juez anticorrupción ofrecerá más detalles sobre su decisión en una rueda de prensa la semana que viene.
Moro tomó la decisión después de reunirse durante casi dos horas con el próximo presidente de Brasil en su casa de Río de Janeiro.
Anteriormente, en el avión que le llevó de Curitiba (sur) a Río de Janeiro (sureste), el magistrado aseguró a la cadena Globo que "si hay convergencia de ideas" para ejecutar una agenda anticorrupción podría aceptar el cargo, pero que de aquel momento era algo "prematuro".
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Por su parte, el presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro confirmó que el juez Sérgio Moro, quien lideró la operación anticorrupción Lava Jato, será el próximo ministro de Justicia y Seguridad Pública.
"El juez federal Sérgio Moro aceptó nuestra invitación para el ministerio de Justicia y Seguridad Pública; su agenda anticorrupción y anti crimen organizado, así como el respeto a la Constitución y a las leyes, será nuestro norte", expresó a través de Twitter.
O juiz federal Sérgio Moro aceitou nosso convite para o Ministério da Justiça e Segurança Pública. Sua agenda anti-corrupção, anti-crime organizado, bem como respeito à Constituição e às leis será o nosso norte!
— Jair M. Bolsonaro (@jairbolsonaro) 1 ноября 2018 г.
Al anunciar el fichaje de Moro, Bolsonaro también confirmó que fusionará los ministerios de Justicia y Seguridad Pública, que en el Gobierno de Michel Temer son dos carteras independientes.
Moro es el juez que condenó al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2011) en primera instancia por delitos de corrupción y blanqueo de dinero.
Para la mayoría de los brasileños el magistrado es un héroe nacional, pero en buena parte del ámbito progresista es visto como un juez parcial que traspasó sus límites para intentar influir en la política nacional.
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Bolsonaro ganó las elecciones en buena parte gracias a su discurso de mano dura contra la corrupción; venció al candidato del Partido de los Trabajadores (PT), Fernando Haddad, con 55% de los votos válidos, contra 45% de su rival.