"No estamos aquí para cuestionar el resultado de las elecciones, sino para avisar de que vamos a continuar viviendo, manifestándonos y luchando", explicó a Sputnik Rafael Duarte, un joven periodista y militante del Partido Socialismo y Libertad (PSOL) en la concentración de unos pocos cientos de personas reunidas en la plaza de Cinelandia, en el centro de Río de Janeiro (sureste).
Según su diagnóstico, en los próximos cuatro años la izquierda tendrá por delante el desafío de reconectarse con las bases, con el electorado de las periferias de las ciudades y las clases más bajas.
"Desgraciadamente muchos de ellos legitimaron el discurso fascista de Bolsonaro", lamentó este activista.
"Tengo 65 años y estoy muy decepcionada con la gente de mi edad, que ha vivido una dictadura y ahora deja la puerta abierta para que entren estos", subrayó.
"Entre el exilio y la prisión escogemos la calle; vamos juntos con valentía y de la mano, seguiremos luchando por un país democrático, libre, humano, de todos y de todas", aseguraba la invitación a la marcha.
También hubo una manifestación contra Bolsonaro en São Paulo, que reunió a cientos de personas en los alrededores del Museo de Arte de São Paulo (MASP).
Bolsonaro ganó las elecciones en la segunda vuelta frente a Fernando Haddad (Partido de los Trabajadores) y empezará a gobernar el 1 de enero de 2019.
Temas relacionados: Brasileños piden "un cambio", no importa a qué precio (fotos)
Sus comentarios machistas, homófobos y racistas provocaron el nacimiento del movimiento "ele não" (él no), impulsado por colectivos feministas durante la campaña de la primera vuelta.
Cientos de miles de personas salieron a las calles de todo Brasil hace un mes, el 29 de septiembre, pero las movilizaciones, a pesar de ser masivas, no consiguieron erosionar su popularidad.