A 100 años del fin de la Gran Guerra ¿qué aprendió el mundo?
El Gobierno francés de Emmanuel Macron invitó a los países que intervinieron en el conflicto a participar en Paris de las celebraciones por los 100 años del Tratado de Versalles, que puso fin a la Gran Guerra el 11 de noviembre de 1918. Si bien todos aseguran su presencia oficial, no está confirmada la asistencia de los presidentes de Rusia, Vladimir Putin, y de Estados Unidos, Donald Trump.
La conflagración comenzó formalmente el 28 de junio de 1914. Sin embargo el estallido fue la sumatoria de tensiones y choques que los poderes imperiales habían experimentado en las últimas décadas. El ascenso del imperio alemán y su apoyo al emperador austro húngaro determinó que el Reino Unido y Francia formaran un frente común.
A ellos se sumó la Rusia zarista para formar la Triple Entente, a la que se incorporaría Italia, luego de cambiar de trinchera, y el imperio japonés. En frente: Alemania, el imperio austrohúngaro y el reino de Bulgaria.
"La Gran Guerra es el acontecimiento fundamental porque destruye la hegemonía europea, termina con cuatro imperios, y porque va a abrir las puerta de un mundo nuevo y no muy agradable en muchos aspectos", afirmó en diálogo con Sputnik Alberto Márquez, profesor de Historia Militar y de Historia de los Conflictos Armados en el Instituto Militar de Estudios Superiores de Uruguay.
En este sentido explicó que cada uno de los integrantes iniciales de la Entente tenía sus propias motivaciones.
"Rusia busca asegurar por motivos geopolíticos estratégicos, espirituales y religiosos, la reconquista de Constantinopla, porque para Rusia volver a tener unido el mundo del Asia Menor y quitárselo al imperio turco era también constituir la gran religión ortodoxa verdadera en todo sentido".
Por otro lado, consignó que "Gran Bretaña va la guerra para destruir a la competencia comercial, financiera, de producción y naval que los alemanes están planteando crecientemente, y los franceses querían recuperar su influencia continental, ser la potencia rectora".
A cambio de entrar en la contienda, Francia y Gran Bretaña le prometieron "al imperio ruso de Nicolás II y los Romanov engrandecimiento territorial y zonas de influencia", en los Balcanes, en los territorios que todavía dominaba el imperio turco y en la zona de los estrechos del Bósforo y Dardanelos.
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La salida de Rusia supuso una buena noticia para los alemanes, que sin embargo nunca llegaron a ocupar París, en buena medida porque en 1917 Estados Unidos se incorporó a la Entente.
"EEUU no entró por la democracia y contra los militares alemanes, es falso. Francia y Gran Bretaña habían generado una enorme deuda que se estima en 3.500 millones de libras esterlinas para los británicos y de 2.500 para los franceses, y si no entraba, ganaba Alemania, y no se lo podía permitir porque no iba a cobrar nunca los 6.000 millones e iba a encontrar un continente unificado bajo el imperio alemán".