"Hay que reconocer que su trabajo (…) muy bien hecho, me ayudó a crecer políticamente hablando", expresó Bolsonaro en una rueda de prensa desde su domicilio en Río de Janeiro.
El juez, confirmado como futuro ministro de Justicia y Seguridad Pública, fue quien condenó al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2011) en primera instancia.
En el PT su nombramiento fue recibido con críticas, al interpretar que sería una especie de recompensa por haber ayudado a Bolsonaro apartando de la carrera electoral a su principal rival.
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El presidente electo restó importancia a este tipo de comentarios: "Si se están quejando es porque hice lo correcto", apuntó.
El líder de la extrema derecha también aseguró que "cualquier persona" de su Gobierno que por ventura aparezca en noticias policiales podrá ser investigado, y que él no interferirá en esos eventuales casos.
Moro es el quinto ministro confirmado del futuro Gobierno de Bolsonaro, después de Paulo Guedes (Economía), el general Augusto Heleno (Defensa), el astronauta Marcos Pontes (Ciencia y Tecnología) y Onyx Lorenzoni (Casa Civil, un cargo similar al de primer ministro).
Una periodista le recordó que su vicepresidente, el general Antônio Hamilton Mourão, dijo que los contactos se habían dado antes, a lo que el mandatario electo respondió: "No lo sé, tengo poco contacto con Mourão… no tiene nada que ver".
Bolsonaro y Mourão ya protagonizaron varias desavenencias durante la campaña electoral; el presidente tuvo que desautorizar públicamente a su número dos cuando éste prometió acabar con la paga extra de Navidad de los trabajadores, entre otros roces.
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Jair Bolsonaro dijo que no fusionará los ministerios de Agricultura y Medio Ambiente como había prometido anteriormente, decisión que generó numerosas críticas de parte de grupos ecologistas y algunos sectores agrícolas-ganaderos.
"Por lo que parece, serán dos ministerios distintos", aseguró el líder de la ultraderecha.
El anuncio de que iba a juntar los dos ministerios provocó críticas de ecologistas, que temían pérdidas irreparables para el patrimonio natural del país.
Sectores del mundo agrícola y ganadero también se mostraron contrarios, alertando de que el comercio internacional podría resentirse, ya que muchos países, especialmente en Europa, exigen compromisos medioambientales a sus socios.