El tratado INF [por sus siglas en inglés] firmado en pleno deshielo de la Guerra Fría entre los líderes de EEUU, Ronald Reagan, y de la entonces Unión Soviética, Mijaíl Gorbachóv, no sólo amenaza con una nueva carrera armamentística, sino que además volvería a poner en la diana de posibles ataques nucleares a varios países europeos.
Según el Kremlin esta medida convertiría al mundo en un lugar más peligroso porque las intenciones de EEUU de abandonar el tratado forzarán a Rusia a tomar medidas de seguridad. En ese sentido, el presidente ruso, Vladímir Putin, mostró su preocupación: "Sin los tratados sobre misiles, no quedará nada más que una carrera armamentista".
También es una decisión que en términos reales afecta mucho más a Europa que a EEUU, pues dichas armas tendrán que ser desplegados en territorio europeo. Desde esta perspectiva no es de extrañar que la decisión de Washington cause cada vez más preocupación en Europa, y así lo constaron medios occidentales.
Mientras, con sus declaraciones sobre la salida del tratado, Trump da la impresión de no entender la gravedad de las consecuencias que podría tener este paso a corto y largo plazo. Constancia de ello es la respuesta inmediata de Moscú que prometió restablecer el equilibrio militar si Washington efectivamente acaba con el acuerdo.
En tanto, si la salida de Trump del tratado INF no se trata de una amenaza para "asustar a Putin", las consecuencias podrían ser muy peligrosos. Si finalmente tiene lugar la cumbre Putin-Trump en París el próximo 11 de noviembre, se podrá ver si el presidente estadounidense está preparado a llegar tan lejos.