La Comisión Europea rechazó el proyecto del presupuesto formado por el nuevo Gobierno antiausteridad italiano para el 2019.
El Gobierno italiano defiende su "difícil pero necesaria" decisión, argumentando que a largo plazo ese gasto fomentaría un crecimiento económico del 1,5% para el próximo año, contra el 1% pronosticado por el Fondo Monetario Internacional.
El fin de los tiempos de austeridad
Siguiendo sus promesas electorales, el nuevo Gobierno italiano, formado en junio de 2018, ha cambiado el curso económico del país. Una vez en el poder, la alianza de los partidos antiausteridad Movimiento Cinco Estrellas y la Liga Norte prometió terminar con la vieja política económica europea e Italia comenzará a invertir dinero en su futuro.
"Consideramos que los intereses de las personas son más importantes que las obligaciones económicas y no vamos a hacer a las personas más pobres debido a las restricciones y demandas que otros han aprobado", dijo Lorenzo Fontana, uno de los líderes de la Liga.
No obstante, Italia no es el único país de la Unión con un déficit presupuestario que sobrepasa las normas. Entre los que violan los límites establecidos están también países como Francia, España o Portugal. Por si fuera poco, ninguno de estos países, incluida Italia, cumple con la proporción máxima permitida de la deuda pública: el 60% de su PIB. La deuda de Francia y España roza el 100% de sus PIB; Portugal sobrepasa el 125%; e Italia alcanza el 132%.
Si Giuseppe Conte decide ir hasta el final en su confrontación con Bruselas, Roma podría exigirle al Banco Central Europeo la reestructuración de su deuda. Si su petición no es cumplida, podría declararse en mora de sus pagos e iniciar el procedimiento de salida de la zona euro o, incluso, de la Unión Europea.
Salvini a Bruselas: "Tranquilos, en seis meses los despedirán 500 millones de votantes"
Aunque esto último parece algo improbable, son muchas las voces dentro de Italia que llaman a dar ese paso. En primer lugar, los italianos han sufrido en carne propia las consecuencias de la austeridad y la falta de empleos por no violar las restricciones ordenadas desde Bruselas. En segundo lugar, las sanciones impuestas a Rusia han golpeado fuertemente la economía de los países del sur de Europa.
La visita a la 'Tercera Roma'
Previendo una próxima crisis en sus relaciones con Bruselas, las máximas figuras del poder italiano buscan un rápido acercamiento con Moscú.
"El hecho de que yo esté aquí no es algo normal. Yo vine porque estoy convencido: las sanciones son una locura económica, social y cultural", afirmó el vice primer ministro italiano Matteo Salvini durante su intervención en la Asamblea Anual entre la Confederación General de la Industria Italiana (Confindustria) y Rusia, celebrada en Moscú el pasado 17 de octubre.
Después de escuchar las quejas de los empresarios italianos, Salvini prometió hacer todo lo posible "para que la mayor cantidad de empresas regresen al mercado ruso".
Subrayó además que "en algún momento el régimen de sanciones [contra Rusia] llegará a su fin".
La visita de Matteo Salvini precede el próximo encuentro en Moscú entre el primer ministro Giuseppe Conte y el presidente Vladímir Putin. Según la oficina de prensa del Kremlin, los mandatarios tienen previsto analizar los problemas de cooperación bilateral y se reunirán con los círculos empresariales.
El acercamiento aparente de Italia con Rusia podría tener otro trasfondo. En su visita a Moscú, el vice primer ministro Matteo Salvini, sin pelos en la lengua, insinuó que si Bruselas no acepta los cambios en el presupuesto italiano, Roma podría vetar la prolongación de las sanciones europeas contra Rusia.
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