"Tenemos el apoyo de la bancada de la bala, la bancada católica y evangélica y la bancada del agronegocio, la gobernabilidad está garantizada", dijo a Sputnik el diputado Waldir, un expolicía.
En este caso los unen agendas relacionadas con la seguridad y el armamento, la religión y los intereses del poderoso sector agropecuario.
La Cámara de Diputados es clave para la gobernabilidad del país.
El presidente que emerja de las elecciones del 28 de este mes tendrá que enfrentarse a un rompecabezas de 30 partidos y 512 diputados, en el que hay menos escaños en manos de partidos de centro y centroderecha, tradicionales bisagras que decantaban la balanza, y hay más presencia de los extremos.
El PSL de Bolsonaro pasó de tener un diputado en la legislatura de 2014, a conseguir 52 en los comicios del 7 de este mes, es decir el segundo mayor bloque, apenas detrás del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), que obtuvo 56 escaños.
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La fuerza política buscará obtener la presidencia de la Cámara de Diputados para reforzar el control de los resortes de la agenda legislativa.
El congresista aseguró que Bolsonaro y su partido dejarán atrás las viejas prácticas de ofrecer ministerios y altos cargos a políticos aliados a cambio de apoyo.
"Es un nuevo modelo político" que se verá facilitado por la alta renovación de diputados que trajo esta elección, sostuvo.
Casi la mitad de los escaños, 47,3%, fueron renovados, lo que significa que 243 representantes elegidos el domingo 7 llegan por primera vez al Congreso.
Sin embargo, el PSL ostenta solo 10% de los escaños por lo que deberá dialogar y llegar a acuerdos con muchos partidos de la derecha moderada y del centro para sacar adelante la agenda legislativa de un eventual Gobierno de Bolsonaro.