Moscú y Ankara declararon que "darán más tiempo para la implementación del acuerdo sobre Idlib", lo que permitirá mantener más negociaciones diplomáticas, dijo Egeland.
Egeland saludó que no se detectaron ataques aéreos en Idlib durante cinco semanas, que es el periodo más largo sin bombardeos en la región en los últimos tres años.
Agregó que la implementación del acuerdo ruso-turco no afectó al acceso de la ONU a las zonas de Idlib hasta el momento, aunque sí le gustaría saber la influencia que pudiera tener en el futuro.
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Además, el coordinador humanitario de la ONU expresó su esperanza de que la semana que viene puedan enviar un convoy humanitario a 45.000-50.000 personas en el campo de refugiados Rukban ubicado en el sureste de Siria.
"Nos aseguraron que tenemos todos los permisos de Damasco para suministrar ayuda humanitaria, esperamos que la próxima semana podamos enviar este convoy tan esperado", dijo Egeland.
La zona de 15 a 20 kilómetros, controlada por las tropas turcas y la policía militar rusa, debía empezar a funcionar el 15 de octubre, pero los extremistas, en vez de marcharse, se adentraron en la región sin deponer las armas.
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Una fuente informada comunicó a Sputnik que Turquía pidió aplazar el patrullaje en la zona desmilitarizada por falta de seguridad.
En virtud de los pactos entre las facciones insurgentes y Damasco, se fueron trasladando a Idlib los grupos que se negaron a abandonar la lucha armada durante las operaciones antiterroristas de Alepo, Homs, Guta Oriental, Deraa y Al Quneitra.
En 2017, Idlib pasó a integrar una zona de distensión patrocinada por Turquía.