"Nuestra solidaridad con las víctimas de estas grandes luchas de 2003, defendiendo esas conquistas", dijo el gobernante indígena, cuya primera victoria electoral en diciembre de 2005 y su ascenso al poder al mes siguiente coronaron esas movilizaciones populares.
Su discurso apuntó también a las elecciones de 2019 en las que buscará un cuarto mandato consecutivo.
Las revueltas de 2003, protagonizadas principalmente por vecinos de la ciudad andina de El Alto, contigua a La Paz, forjaron la "agenda de octubre" que Morales impulsó en su Gobierno que suma ya casi 13 años.
"Gracias a la lucha del pueblo boliviano hemos cumplido la agenda de octubre, hemos refundado Bolivia mediante la Asamblea Constituyente, en una dura lucha de tres años", relató Morales.
Agregó que le resultó "más sencillo" nacionalizar los hidrocarburos en mayo de 2006, destacando que "a partir de ese momento ha cambiado la situación económica del país".
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Morales afirmó que la derecha política derrotada en 2003 pretende volver al poder para frenar el actual "proceso de cambio", con apoyo de algunos exdirigentes de los movimientos sociales a quienes calificó como "traidores, como los hubo siempre desde la colonia y la república".
"No puedo entender cómo pueden cambiar de ideología para hacer tanto daño a Bolivia como en octubre de 2003", agregó, mencionado entre otros a "algunos militantes del Partido Comunista" en aparente alusión al Frente Revolucionario de Izquierda que prestó su sigla a la candidatura del expresidente Carlos Mesa, vicepresidente y sucesor de Sánchez de Lozada.
Morales afirmó que el mejor homenaje a las víctimas de la represión militar ordenada por Sánchez de Lozada (casi 70 muertos y centenares de heridos) debe ser "la defensa y consolidación del proceso de cambio".
Sánchez de Lozada, agregó, es ahora un prófugo de la justicia boliviana, y protegido por Estados Unidos.