"No nos parece que Occidente, en el sentido amplio de la palabra, sea nuestro amigo, más bien lo consideramos como un adversario que actúa para debilitar la postura de Rusia y sus perspectivas de un desarrollo normal", dijo en una entrevista con el periódico Financial Times.
Según el político, las relaciones entre Rusia y EEUU ahora "son mucho peores que en los momentos más ardientes o, más bien, fríos en el pasado".
Ese mismo año la UE, Estados Unidos y varios países de su órbita impusieron sanciones contra Rusia por su supuesto papel en la crisis ucraniana, algo que Moscú ha negado y respondió a quienes impusieron medidas de restricción en su contra con un embargo agroalimentario.
Las relaciones entre Rusia y Estados Unidos se hundieron aún más en medio de las denuncias norteamericanas sin pruebas de que el Kremlin supuestamente ordenó una campaña para interferir en las elecciones presidenciales de 2016.
Además: El impacto real de las sanciones occidentales contra Rusia
Moscú ha refutado repetidamente esas acusaciones, a las que tacha de absurdas y de intentos de distraer la atención de los ciudadanos estadounidenses de otros asuntos internos.