Al igual que otras ciudades portuarias de la Europa medieval, la City de Londres se había conformado como un lugar de refugio para el comercio. Se trata de una comuna con una autonomía política que le permite ostentar el título de capital financiera de Europa. Su estatus futuro forma para del nudo que tanto el Reino Unido y la UE no logran desatar para divorciarse.
"Depende de qué tipo de Brexit hablemos. Que sea duro o blando, la City es uno de los elementos clave", explicó a Sputnik el economista Adrián Zelaia, director de la consultora Ekai Center.
"Al Reino Unido le gustaría conseguir una negociación a través de la cual no perdiera su capacidad como centro financiero pero a la vez quedar excluida de la capacidad regulación de la UE", apuntó el experto.
En este sentido, indicó que durante las negociaciones se planteó como alternativa que el Reino Unido copiase la regulación europea con respecto a la banca y ejercer una supervisión similar, pero "hay un tema de confianza y la UE no se fía del todo".
Así como resulta clave en las negociaciones para el divorcio, la City también lo fue a la hora de casarse.
"El tema de la City ha sido clave en la relación de todas estas décadas, porque de alguna forma la Europa continental se queja constantemente de que el Reino Unido, desde la City fundamentalmente, tenía una estrategia de tener siempre un pie dentro y fuera con la idea de influir decisivamente en las políticas de la UE sin ser controlada por ella".
Las principales ciudades europeas como Amsterdam, Frankfurt, Madrid o París "han creado grupos de trabajo para atraer a las empresas de RU que pudiera irse desplazando" expectantes por el resultado de las negociaciones del divorcio y los beneficios que pueda traerles la separación de bienes.