En un comunicado, el secretario de Derechos Humanos del Gobierno, Gustavo Rocha, lamentó el episodio y subrayó que la construcción de una sociedad plural, pacífica y tolerante "presupone la coexistencia de lecturas distintas sobre hechos incontestables de la historia reciente del país".
Según la universidad de Brasilia, al menos cinco libros aparecieron con daños o páginas rasgadas, y ahora se está verificando el resto del archivo para comprobar si hay más ejemplares afectados, para poder presentar una denuncia ante la Policía Federal.
El episodio tiene lugar en medio de un clima de creciente tensión en Brasil, a dos días para unas elecciones que se presentan muy polarizadas.
El favorito en los sondeos, el ultraderechista Jair Bolsonaro (Partido Social Liberal), admirador de la dictadura militar (1954-1985), construyó buena parte de su carrera política criticando a los defensores de los Derechos Humanos.
Esta misma semana causó una fuerte polémica una fotografía divulgada por dos miembros de su partido, candidatos a diputados, en la que posaban orgullosos tras romper una placa en homenaje a la concejala del ayuntamiento de Río de Janeiro Marielle Franco.
Franco, conocida defensora de los Derechos Humanos y las minorías, fue asesinada el pasado mes de marzo, y su crimen aún no se ha resuelto.