Homún es uno de los 53 municipios que forman parte del llamado "Anillo de los Cenotes". Es uno de los pueblos maya que tiene un vínculo espiritual con estas maravillas naturales, en una zona de gran biodiversidad, donde habitan más de 150 especies distintas de aves, mamíferos, reptiles y peces.
"La reserva tiene la capacidad de disponer agua limpia para una zona metropolitana cuatro veces el tamaño de la actual y Homún está en la zona de recarga de la cuenca", señaló a Sputnik, Marta Capetillo, integrante del Equipo Indignación, organización que trabaja por el reconocimiento de los derechos de las comunidades mayas.
Capetillo explicó que el pueblo de Homún, en dónde viven unas 8.000 personas, también basa su subsistencia en la explotación eco-turística de los cenotes de esta zona sin que eso haya representado un peligro para su equilibrio y subsistencia; pero que el desembarco de la granja porcina afectó la cotidianidad de un lugar de importancia cabal para la vida de las comunidades mayas del centro sur de Yucatán.
"En esta zona, la empresa Productora Agropecuaria Porcícola (PAPO) construyó una mega granja de cerdos que ya ha empezado operaciones en el esquema de ‘aparceo'. Es Kekén, otra empresa, la que exportará esos cerdos al mercado asiático, principalmente China", explicó Capetillo.
"A las personas de Homún les preocupa la contaminación de las aguas, los riesgos para la salud y la amenaza a una de las principales actividades económicas del pueblo que consiste en el turismo ecológico, visitas guiadas a los cenotes y paradores turísticos alrededor de la zona", agregó la integrante del Equipo Indignación.
El principal punto de irregularidad en la instalación de esta planta productora a gran escala de cerdos fue que la población local no fue consultada previamente (como establecen los tratados internacionales y la Constitución mexicana) para los proyectos productivos y de desarrollo que pretendan instalarse en zonas indígenas de México.
Conociendo que sus derechos están siendo avasallados, los vecinos de Homún se constituyeron en una organización llamada "Guardianes de los Cenotes" (Ka'anan Ts'onot en maya) con las que han emprendido la defensa de un territorio paradisíaco en la Península de Yucatán.
Por medio del colectivo, organizaron y realizaron una consulta pública entre la población local siguiendo los estándares internacionales, que rechazó la instalación de la granja porcícola. Además de haber sido construida sin el aviso previo ni la consulta a la comunidad, los Guardianes de los Cenotes denuncian que la granja obtuvo el permiso de construcción de la autoridad local (el ex presidente municipal de Homún, Enrique Echeverría Chan) antes de contar con los permisos de impacto ambiental, que luego fue consiguiendo.
"Homún es un pueblo maya y por serlo, tiene derecho a ser consultado acerca de cualquier proyecto que pretenda desarrollarse en su territorio. Este derecho está vinculado a la libre determinación de los pueblos. El pueblo maya tiene derecho a negar su consentimiento al proyecto que les afecte, y si se otorga, el consentimiento tiene que darse de manera libre, previa e informada", explicó Capetillo.
"Uno de los momentos más tensos se vivió cuando protestaban por el inicio de operaciones de la granja y la Procuraduría Ambiental llegó a clausurar los cenotes que trabajan los cinco directivos de Ka'anan Ts'onot", explicó.
Esta semana el Colectivo Guardianes de los Cenotes entregó los resultados de su consulta a las autoridades locales que acaban de asumir (Manuel Jesús Chi Chim es el nuevo presidente municipal) esperando que éstas sí respeten la decisión que el pueblo maya ha tomado para proteger los cenotes y su forma de vida.