"Todos a casa y en orden", recuerdan aún los sobrevivientes el llamado de los convocantes a cumplir una vez terminados los discursos. Pero unas bengalas lanzadas de manera sincronizada desde un helicóptero antecedieron a los balazos y el fuego de metralla.
La versión oficial todavía habla de 37 muertos. Otras investigaciones posteriores hablan de al menos 325 personas. Salvando las distancias de época, de contexto político y de métodos, existen muchos puntos en común con la desaparición hace cuatro años de 43 estudiantes en Ayotzinapa.
"Los dos casos se han manejado desde el principio de tal forma que sea muy difícil conocer eso que en su momento llamaron la verdad histórica. Eso es parte también de la impunidad", declaró a Sputnik, la profesora investigadora del Colegio de México Aurora Gómez.
También consultamos a Micaela Chávez, directora de la Biblioteca Daniel Cosío Villegas del Colegio de México. La labor fundamental es para "asegurar que los investigadores van a tener acceso a esa información que les permitirá situarse en la historia y a los personajes en su verdaderos contextos".
En este sentido, Gómez remarcó que "buscamos por un lado preservar y por otro difundir la memoria documental de estos hechos que no debería de repetirse".