La razón es una enorme deuda estatal ante las empresas y fondos chinos. Lusaka no puede cubrirla ni siquiera con los préstamos del FMI, el Banco Africano de Desarrollo ni otros organismos.
Todo apunta a que Zambia tendrá que transferir a China toda la infraestructura de energía y transporte, así como las prometedoras industrias extractivas, incluida la del diamante, opina Krútikov.
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En el caso de Zambia, también hay una 'suma crítica' de 8.000 millones de dólares. Durante su mandato, el presidente de Zambia, Edgar Lungu, firmó contratos con China por un monto total de los mismos 8.000 millones de dólares, pero ahora la cifra es de 9.300 millones de deuda consolidada. Krútikov subraya que la corrupción está muy desarrollada en el país.
El principal proyecto en Zambia, según el periodista, es la iniciativa china del Cinturón y Ruta de la Seda. Al principio, realmente se estuvo construyendo un ferrocarril a Tanzania —de hecho, el único en el país—, pero luego se convirtió en una herramienta para emitir préstamos y comprar activos.
¿Dominio global chino?: la Ruta de la Seda se extiende al oeste de Áfricahttps://t.co/sxZG1tJyNQ
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) July 24, 2018
Además de estar presentes en el ferrocarril —físicamente como gerentes, ingenieros e incluso maquinistas—, los chinos están en una central eléctrica. Del Gobierno de Zambia se requiere una participación obligatoria del 15% en todos los proyectos con sus propios fondos, lo que aumenta la cantidad de la deuda en una progresión geométrica: simplemente no hay dinero en el país. Ni siquiera hay sueldos para los policías, y otros funcionarios lo reciben con meses de retraso.
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Solo el servicio de la deuda y las inversiones cuestan a Zambia 500 millones de dólares anuales. Las sanciones financieras por las obligaciones asumidas pero vencidas superaron los ahorros totales del país hace tiempo. No es un 'default' inevitable, es un desastre, comenta Krútikov.
El autor señala que incluso el FMI está alarmado y habla de la inutilidad de dar préstamos no solo a Zambia. En respuesta, el presidente Lungu exigió que el representante residente del FMI en Lusaka, Alfredo Baldini, "no difundiera rumores negativos entre los donantes".