El encuentro que Mogherini y De Mistura sostuvieron la víspera en Bruselas giró en torno a los últimos acontecimientos en Siria y la próxima reunión de alto nivel sobre Siria que la Unión Europea planea organizar en el marco de la Asamblea General de la ONU en Nueva York, el 26 de septiembre.
Las partes "se centraron especialmente en la situación en Idlib y el norte de Siria, la labor en curso para apoyar a la población siria allí y el imperativo de prevenir una ofensiva militar a gran escala y la catástrofe humanitaria que acarrearía", dice el comunicado.
También discutieron sobre los preparativos que se llevan a cabo en Ginebra para la creación de un comité constitucional con el fin de relanzar el proceso para una transición política en Siria, incluyendo los esfuerzos que podría hacer la Unión Europea para que las partes en conflicto vuelvan a la mesa de negociaciones.
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Mogherini reiteró que la Unión Europea estará dispuesta a ayudar a la reconstrucción de Siria únicamente cuando haya una transición política global, genuina e inclusiva sobre la base de la resolución 2254 (2015) del Consejo de Seguridad de la ONU y el Comunicado de Ginebra de 2012.
La provincia de Idlib, en el noroeste de Siria, fue ocupada en 2015 por varios grupos insurgentes, entre ellos el Frente al Nusra (también conocido como Fatah al Sham, organización terrorista prohibida en Rusia).
Gracias a los acuerdos entre insurgentes y Damasco, se fueron trasladando a Idlib las facciones que se negaron a cesar la lucha armada durante las operaciones antiterroristas en Alepo, Homs y Guta Oriental.
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Damasco declaró en julio pasado que se reserva el derecho de usar la fuerza militar para recuperar la provincia de Idlib si los rebeldes rechazan la reconciliación.
A finales de agosto pasado, el Ministerio de Defensa ruso denunció que los terroristas del Frente al Nusra están preparando un montaje en esa provincia para acusar a Damasco del uso de armas químicas contra civiles y darle un pretexto a la coalición liderada por EEUU para otro ataque a Siria.