El Salvador ya cuenta con una terminal marítima operable en el oeste del país, el puerto de Acajutla. Sin embargo, es en el Puerto de la Unión Centroamericana que el ejecutivo ha puesto sus esperanzas para incrementar el flujo de mercancías a lo largo y ancho de toda la región. Sputnik tuvo la oportunidad de conversar con Nelson Vanegas, presidente de la Comisión Ejecutiva Portuaria Autónoma (CEPA), ente que promueve el proyecto en el Foro Económico Oriental, celebrado en la ciudad rusa de Vladivostok entre el 11 y el 13 de septiembre.
"El objetivo de estar en Rusia es promover la concesión del puerto para obtener la mayor participación posible y, desde luego, fortalecer nuestras relaciones comerciales con Rusia y con Asia (…) Este foro abre nuevas oportunidades no solo a toda Asia, sino a todo el mundo", detalló Vanegas, quien representa al único país latinoamericano con presencia en el Foro Económico Oriental.
No obstante, desde su apertura en 2009, el Puerto de la Unión se ha enfrentado a problemas relacionados con el flujo de mercancías. Según recogió el diario salvadoreño El Mundo, citando un informe de CEPA, si bien entre 2010 y 2013 por la terminal pasaron 12.839 contenedores de 40 pies y 23.242 de 20 pies, desde ese último año el puerto no ha visto ni un solo contenedor movilizado en su territorio.
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En mayo de 2015, se realizó una licitación para trabajar en el Puerto de La Unión, pero se declaró desértica por falta de participantes. Desde entonces, ninguna empresa ha mostrado interés en operarlo.
La visita de Nelson Vanegas al Lejano Oriente ruso tiene como propósito revertir esa situación.
Según Vanegas, el puerto ha despertado el interés de algunas empresas chinas, impulsado sobre todo por el reciente reconocimiento diplomático de Pekín por San Salvador. Pero no solo el puerto es tema de interés entre las partes. Justo después del foro en Rusia, Vanegas se dispone a viajar a la capital china como parte de la comisión salvadoreña que pretende buscar en el gigante asiático un socio para sus proyectos de logística y desarrollo.
Desde el fin de la guerra civil en 1992, El Salvador ha hecho un gran esfuerzo por lograr un desarrollo económico estable y sostenible. Según el índice de libertad económica de la Fundación Heritage, en 2017 la nación centroamericana se posicionó en el lugar 66 de 180 países, siendo el 7o en América Latina y el 2o en Centroamérica.
Todo esto, más un marco legal para incentivar y proteger a los inversionistas, ha sido presentado por Nelson Vanegas como las principales ventajas que El Salvador puede ofrecer a sus socios internacionales.
"Pero lo más importante en El Salvador es nuestra gente. Somos reconocidos mundialmente por nuestra laboriosidad, eficiencia y ética. Somos salvadoreños dispuestos a hacer la diferencia", enfatizó el alto funcionario en Vladivostok.