“Yo recomendaría que sean escépticos de esas declaraciones de funcionarios en este momento. Como deben saber, la investigación continúa sobre las causas de lo que calificamos como ataques a la salud de nuestros empleados del Departamento de Estado que han estado trabajando en Cuba”, advirtió Nauert a periodistas.
Sin embargo, el reporte añadió que la evidencia no es lo suficientemente concluyente para que Washington acuse de manera formal a Moscú por los incidentes.
Nauert añadió que en este momento no se conoce la causa de los “ataques a la salud” y no se ha señalado a ningún individuo o grupo como responsable.
En agosto de 2017, el Departamento de Estado dijo que más de 20 de sus diplomáticos que trabajaban en la embajada en Cuba fueron afectados por un incidente que involucró un misterioso dispositivo de audio.
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Algunos de los funcionarios sufrieron pérdida auditiva permanente y posibles lesiones neurológicas debido a un arma sónica.
En julio, medios de prensa informaron que un diplomático del consulado estadounidense en la ciudad china de Guangzhou (sur) se quejó sobre sonidos y presión “anormales”, un incidente que el secretario de Estado, Mike Pompeo, dijo era muy similar y consistente con la evidencia médica de lo ocurrido en Cuba.