Este palestino de 35 años, padre de cuatro hijos, afirma que la pequeña embarcación le permite sobrevivir en un país con una precaria economía y asolado por la guerra. El hombre sale al mar junto con sus hermanos menores, Mohamed y Ashraf.
"Soy pintor, pero debido a la situación en Gaza no tengo trabajo", asegura.
Gracias al bote de plástico, junto a sus hermanos logra pescar entre cinco y siete kilogramos de sardinas y salmonetes, lo que les da unas ganancias de alrededor de 10 dólares al día.
"Este bote salvó a mi familia y a mí", subraya Muath.
El pescador afirma que además de mejorar la vida de su familia, este bote elaborado con unas 700 botellas de plástico recolectadas por Muath en la playa de Rafah también ayuda a preservar el medio ambiente.