La víspera el presidente de EEUU, Donald Trump, ordenó duplicar los aranceles al aluminio y el acero importados de Turquía, medida que provocó una caída drástica de la moneda turca frente al dólar, de un 20 por ciento en el transcurso del día.
"Estamos preparándonos para pasar a los pagos en divisas nacionales con nuestros socios comerciales principales, tales como China, Rusia, Irán y Ucrania, y, si los países de Europa quieren librarse del yugo del dólar, Ankara también está dispuesta a pasar a ese tipo de cuentas con ellos", dijo el líder turco, citado por la agencia Anadolu.
El mandatario denunció que Ankara rechaza un orden mundial en el que un país declara la guerra económica y amenaza a los demás países con aplicar sanciones.
Según el presidente turco, su país cuenta con objetivos ambiciosos y da pasos seguros encaminados a su cumplimiento, y nada ni nadie podrá obligarlo a renunciar a sus metas en la esfera económica o a dejar de combatir el terrorismo.
"Lo declaro abiertamente, Turquía no cambiará su política en Siria ni en Irak", subrayó.
Las relaciones entre EEUU y Turquía atraviesan un período de tensiones, en particular debido al caso del pastor estadounidense Andrew Brunson.
A finales de julio pasado, Brunson fue puesto bajo arresto domiciliario.
El 1 de agosto, el Departamento de Tesoro de EEUU impuso sanciones a los ministros de Justicia y del Interior de Turquía por el papel desempeñado en la detención del pastor.
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